17 diciembre, 2024

190 embarazos en niñas fueron registrados entre 2021 y 2024

La Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) presentó los avances en la implementación de su estrategia para la detección y abordaje del embarazo infantil, un fenómeno complejo que registró 190 casos entre 2021 y 2024 en todo el país. De estos, el 81% de las niñas embarazadas asiste a centros educativos, y un 48% sufrió algún tipo de violencia, en muchos casos vinculada al abuso sexual.

Mónica Gorgoroso, integrante del Área de Salud Sexual y Reproductiva de ASSE, destacó que el embarazo infantil está directamente relacionado con situaciones de violencia sexual, especialmente en niñas menores de 15 años. “El embarazo pone en evidencia una situación que quizá no había sido detectada. No podemos esperar que la niña lo cuente como un problema porque muchas veces está naturalizado en su entorno”, detalló.

Gorgoroso subrayó que la problemática no se limita al ámbito de la salud, sino que “se manifiesta en salud” y requiere un trabajo coordinado entre diferentes sectores del Estado. Asimismo, remarcó la necesidad de detectar la violencia sexual de manera temprana para evitar que estas situaciones se perpetúen. “La única manera de anticiparse es estar mucho más atentos”, indicó.

Desde el punto de vista médico, los embarazos en niñas presentan complicaciones significativas: el 15% de los bebés nace prematuro y el 7% con bajo peso, lo que implica dificultades desde el inicio de la vida del recién nacido. Además, la salud mental de las niñas es una preocupación central para ASSE, especialmente durante el puerperio, un período particularmente vulnerable.

La estrategia implementada por ASSE también permite un mayor resguardo de evidencia para identificar a los responsables de la violencia. “Nos detenemos a pensar y decidimos los cursos de acción. Cada caso es abordado de manera individualizada”, afirmó Gorgoroso.

 

Por último, señaló que esta problemática no distingue entre zonas urbanas o rurales y, en muchos casos, se vincula a familias que no han logrado desarrollar los circuitos de cuidado necesarios en la infancia y adolescencia. “Es una oportunidad de ver que estas niñas requieren un apoyo específico, y que no pase como un embarazo más”, concluyó.